domingo, 19 de enero de 2014

Tres “muñecas bravas”

Por Perra Intelectual para Diario La Capital

Tres “muñecas bravas” que generan un proyecto artístico colectivo y tanguero, no parece la mejor definición de “armonía” dados los prejuicios que arrastra históricamente la figura femenina. Las Muñecas Bravas desmienten ese arquetipo: tres pibas trabajan juntas para armar un espectáculo entretenido, calificado y armónico.
Patricia Malanca -quien el 24 de enero se presenta con su trabajo solista “La Malanca” en el Bar El Argentino, de España y Ayacucho- Gaby, la voz sensual del tango, y Geraldine TrenzaCobre, le prestan el cuerpo a las Muñecas Bravas para componer un show de tango con impronta de la comedia musical. El 1º de febrero en El Ventanal de Villa Gesell y el 2 en el Bar El Argentinode Mar del Plata, presentarán su trabajo. “Las tres prestigiamos el proyecto desde nuestras carreras individuales, convencidas de que un proyecto colectivo potencia los resultados de Muñecas Bravas y también los de nuestras carreras”, afirma Malanca.
Una postura ideológica y filosófica sostiene el proyecto: plantarse del lado de la mujer, sin caer en un panfleto feminista: “La mujer está ocupando lugares en los que el decir es fundamental, ya no es cantora de relleno, tiene mucho para decir, compone, se incluye en el mercado de trabajo. La mujer del tango es una marca fuerte, referente de esta década, ya no ‘la diva del teléfono blanco’, a la que respeto, claro”, continúa Patricia.
Se llevan muy bien, no “a pesar de” sino gracias a sus diferencias. Esa diversidad es el hilo que enhebra el espectáculo: Gaby, romántica y hogareña, lo expresa en su cantar, así como el estilo de Geraldine la muestra como la piba rockera: contestataria y pura pulenta. Las tres coinciden en definir a Patricia como la arrabalera, más ácida y nihilista. “Ese abanico de diferencias y convergencias muestra esa visión de mundo que queremos dar en el espectáculo”, refuerza Malanca.
Una palabra recorre toda la entrevista: solidaridad. Es curioso, la fantasía pinta el ámbito tanguero como un espacio duro, donde abrirse paso no resulta sencillo: “En todo ambiente hay elites, espacios donde los que llegan deben instalarse, ser aceptados, imponer presencia. Pero hay algo que pasa aquí y no sé si sucede en otros rubros: realmente hay camaradería. Pugliese, Manzi, han sido gente comprometida, que ha dejado ese legado solidario. Si bien no es fácil para las nuevas generaciones incorporarse, por lo menos en Buenos Aires, se está generando una nueva bohemia a la que se agrega mucha inmigración y, en esta gran cacerola que es Buenos Aires, se están cocinando nuevas cosas. Gente de la patria grande, de Europa, nuevos poetas, voces y composiciones, generan un nuevo clima solidario. Por suerte pasó la época triste, la década de los 90, claramente perdida para el tango. Hay artistas que consideraban que el “for export” era inclusión, para mí no” aclara Malanca. ”Se recuperaron bares en la Capital, y creo que esa vuelta del tango al barrio es lo típico de esta época e implica solidaridad. Entendimos que el tema no era cantar for export y ganar 100 dólares por cabeza, sino que el tango es algo más”.
Las Muñecas anduvieron por Europa. Entre armar un espectáculo for export y llevar tango fuera de las fronteras, percibo una diferencia que no es sutil: “No, no es sutil” aclara Patricia Malanca. “Estuvimos en Europa a mitad de año, no sólo con tangos clásicos. Nos metimos en lugares complejos, milongas, donde es difícil que se bailen tangos cantados, y menos por mujeres, porque todavía el bailarín tiene entrenado el oído para escuchar a un varón. Como si fuera poco, llevamos temas nuevos”. “Tuvimos que aprender una presentación en cada idioma”, puntualiza Geraldine. “Europeos y latinos se vuelcan a las milongas de todo el mundo a aprender el baile. Los pibes son más insurgentes y van a mirar toda esta mezcla. Muchos rockeros van, observan y se nutren para la composición. Pero es verdad que en cierto modo los europeos siguen inculcando el baile”
Para Patricia el tango “es federal. Es una mezcla de ritmos, y el soporte general es la nostalgia. Todo aquel que añora algo hace tango. En su camino experimentará cambios, y me animo a decir que el futuro del tango es la fusión con ritmos latinoamericanos, ya no tanto con lo europeo. Tenemos que investigar qué va a pasar con esa mixtura. La murga uruguaya es un aporte muy vívido, pero si vamos más al norte, creo que también vamos a tener sorpresas.”
“¿Cuánto de muñecas y cuánto de bravas?” Gaby y Patricia coinciden, ante la aprobación de Geraldine: ”Cincuenta y cincuenta, sin dudas”. Gaby puntualiza, con humor: “Con el tiempo, menos muñeca y más brava. Una va tomando más mañas y perdiendo juventud” y agrega: “En el show, además de tangos, hay crítica, revisionismo sobre el rol de la mujer en las letras del tango, desde sus comienzos hasta hoy”.
A Gaby, la voz sensual del tango, la apremia un fan: su hijo Galo que quiere cruzar a la playa. Con la silenciosa Geraldine, (“Silenciosa en las entrevistas, en la vida para nada”), José y las reposeras, se confunden entre los caminantes rumbo a la arena. Patricia se queda a terminar el café. Mujeres “normales”: Muñecas Bravas.

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